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martes, 2 de septiembre de 2014

Nicolino Locche, el intocable del boxeo argentino



El boxeo es uno de esos deportes que en la Argentina generan pasión. No tendrá la hinchada de miles  y miles de fanáticos que arrastra el fútbol, pero es una disciplina donde estos pagos brotaron de excelentes profesionales.
Nicolino Locche era casi un tipo al que no se lo podría describir, precisamente porque dentro del cuadrilátero hacía todo al revés de los mandamientos históricos del box. Lo que había que hacer de una manera, él lo hacía de otra, y acertaba.
El Intocable tenía ciertamente un talento muy superior al resto de los púgiles y su estilo tan característico como elegante, además de consagrarlo campeón mundial, lo distinguía del resto.

Hijo de inmigrantes italianos, nació en 1939 en Tunuyán, Mendoza, Argentina, y ya desde muy pequeño comenzó los guantes para con tan sólo 19 años convertirse en un excelente boxeador amateur alcanzando el profesionalismo.

Ya en la era profesional, el Luna Park fue su segunda casa. Tenía tanto carisma y un estilo inconfundible en el box que miles y miles de argentinos comenzaron a llenar todas sus presentaciones. Todos admiraban cómoLocche hacía cansar a sus rivales, los evadía, se movía, giraba y pegaba. Así, toda la pelea, hasta cansar al adversario. Ese estilo más su carisma inagotable, lo llevaron a lo más alto.

Nicolino logró títulos  nacionales y continentales de los pesos ligeros para alcanzar lo más alto del podio mundial en la categoría welter al vencer al japonés Fuji en Tokyo.

El mendocino no se quedó con el título mundial: Lo defendió en seis oportunidades más hasta caer frente a Alfonzo Frazer en Panamá, por puntos.
 
Su historial no deja lugar a dudas, fue un Intocable: récord de 117 victorias, solo 14 nocauts y sólo 4 derrotas. 

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